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"Depresión" en la Persona Mayor

La depresión en el anciano es la patología psiquiátrica más frecuente en este grupo de edad, siendo una fuente relevante de discapacidad, deterioro significativo de la calidad de vida, incrementando la morbilidad y mortalidad, así como los recursos sanitarios. Todas estas consecuencias en una población con corta expectativa de vida, constituye un importante problema de salud pública. La forma de presentación en el anciano difiere del adulto, sin tenerse en cuenta en las clasificaciones diagnósticas (DSM V, CIE 10), apareciendo en forma de somatizaciones diversas, trastornos cognitivos, retraimiento social, acentuándose trastornos de personalidad previos.

Fuente Flickr
Autor: Patricio

Todo ello provoca que en los estudios epidemiológicos de prevalencia las tasas de depresión mayor sean menores en el anciano (2% en anciano vs 12% en adultos), sin embargo la depresión menor, distimia y sintomatología depresiva se incrementa con la edad (tasas de depresión menor de un 10% vs 4% adultos). En los ancianos que concurren frecuentemente diferentes comorbilidades, puede aumentar las tasas de depresión, así como empeorar el curso clínico de las diferentes patologías, especialmente en el accidente cerebrovascular, el infarto agudo de miocardio o diferentes tipos de neoplasias, así mismo diferentes medicamentos de uso frecuente pueden producir como efecto adverso trastornos del estado de ánimo como la digoxina, tiazidas, levodopa, ranitidina, etc.

Por todo ello cobra especial relevancia una adecuada valoración integral, siendo de utilidad diferentes escalas de valoración validadas en el paciente anciano sin deterioro cognitivo (Hamilton, Goldberg, Yessavage) o con deterioro cognitivo (Cornell). En la entrevista con el paciente sistemáticamente debe evaluarse el riesgo de suicidio, conociendo los diferentes factores de riesgo y la planificación, estructuración de dichas ideas autolíticas, pues se incrementa en este grupo de edad los suicidios consumados.

Fuente: Flickr
Autor: Juanky Pamies Alcubilla

En este trabajo publicado en el BMJ en el 2013 (*) por el profesor Gallo y sus colaboradores, se evidencia como un trabajo comunitario de tipo multicomponente, coordinando diferentes recursos por medio de un asesoramiento a los médicos generales por parte de psiquiatría en aspectos terapéuticos, utilización de psicoterapia y un seguimiento estructurado por parte de enfermería, trabajadores sociales y psicólogos, mejora resultados en mortalidad y calidad de vida. Se analizan 1226 pacientes de atención primaria (599 con depresión y 627 control) durante los años 1999 y 2001, se valoran dos grupos de 60 a 74 años y > 75 años, con una mediana de seguimiento de 98 meses, falleciendo 405 personas. Aquellos pacientes reclutados con depresión mayor disminuye el riesgo de mortalidad en un 24%, siendo similar a los que no presentan depresión, mientras que en el grupo control la mortalidad casi se duplica; aquellos con depresión menor no tiene efecto la intervención sobre la mortalidad, sin embargo mejora ciertos indicadores de calidad de vida.

Con este trabajo se evidencia que el trabajo multidisciplinar bien estructurado tiene un gran beneficio, sabiendo coordinar todos los recursos disponibles o ser capaces de implementar vasos comunicantes entre la red de salud mental y la comunitaria, en una patología en la cual en los ensayos clínicos se evidencia una alta tasa de respuesta al efecto placebo y que genera un gran sufrimiento para la persona y su entorno.

(*) Gallo J, Morales K, Bogner H, et al.Long term effect of depression care management on mortality in older adults: follow-up of cluster randomized clinical trial in primary care. BMJ 2013;346:f2570.

Autor

Médico de Matia Fundazioa