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IMPLANTACIÓN DE UN PROGRAMA PSICOSOCIAL DE TERAPIA Y EDUCACIÓN ASISTIDA POR ANIMAL DE COMPAÑÍA

Uno de los retos a los que nos enfrentamos a la hora de desarrollar programas de atención psicosocial en centros sociosanitarios es conseguir aumentar la participación en los mismos. En base a un análisis  realizado identificamos diversos motivos que condicionan esta baja participación:

En relación a los Programas

• Diseño orientado, en su mayoría, para personas sin deterioro cognitivo.

• Contenidos rutinarios y poco estimulantes.

En Relación a las Personas

• Limitaciones físicas, sensoriales y de la capacidad cognitiva de las personas

• Existencia de trastornos conductuales: apatía, desinterés, irritabilidad,…

• Limitaciones en el lenguaje

Por estos motivos decidimos buscar terapias innovadoras que fomentaran la participación en estas actividades y complementaran a las ya desarrolladas. Fue en 2007, junto con Fundación Affinity, cuando decidimos implantar en nuestros centros (RezolaBermingham Iza) un Programa de Terapia y Educación Asistida por Animal de Compañía (TEAAC).

Dirigido a personas con discapacidad, personas con deterioro cognitivo y personas que tienen necesidades de apoyo social y relacionales, su objetivo es el de complementar las terapias psicosociales actuales con el fin de aumentar la efectividad de los mismos.

Esta, es una terapia con enfoque interdisciplinario que implica a los animales en la rutina diaria de un grupo de personas con determinadas patologías con un fin terapéutico. Está demostrado científicamente y se ha probado ampliamente que aporta beneficios físicos, psíquicos y sociales a las personas y proporciona una estimulación y motivación que genera una mejora en su estado anímico y en consecuencia una mejor calidad de vida.

Tras la aplicación del programa conseguimos los siguientes resultados:

• Aumento de la participación de las personas con deterioro cognitivo y más dificultades en la interacción en los programas de intervención.

• Estimular y potenciar las capacidades cognitivas, funcionales y social-afectivas de las personas atendidas.

• Minimización de la frecuencia y severidad de los trastornos conductuales, especialmente en episodios de apatía e irritabilidad

• Aumento de nivel de participación y adherencia (no baja del grupo) en los grupos de intervención psicosocial.

• Mantenimiento cognitivo y funcional, evidenciado en las valoraciones anuales, en la mayoría de los residentes, gracias a la integración del programa en la planificación habitual del centro.

Gracias a la implantación del programa y gracias a nuestra perra IZA, la mayor parte de residentes de los centros han mostrado una mayor motivación, un mejor estado de ánimo y una mayor atención y concentración consiguiendo así, el aumento de la asistencia a los grupos y una mejor realización de los contenidos durante su desarrollo.

Para quien esté interesado en aplicar estas técnicas, en la página de la Fundación Affinity tenéis claves, formación e incluso algunos videos: http://www.terapiaconanimales.org/

 

Esta es nuestra experiencia, y ¿a vosotros que os parece? ¿Incorporaríais esta terapia en vuestros centros? ¿Tenéis experiencias que compartir en la aplicación de estos programas?

Fundación Affinity

       

Autora

Neuropsicologa