InicioBlogOla de calor y personas mayores: 14 recomendaciones para evitar riesgos asociados a las altas temperaturas

Ola de calor y personas mayores: 14 recomendaciones para evitar riesgos asociados a las altas temperaturas

El calor, sobre todo asociado a humedad, aumenta más el riesgo de mortalidad, y esto es debido a que cuando los sistemas de transpiración actúan más de lo que el organismo está acostumbrado, acaban provocando un debilitamiento del mismo. Llegado el caso nos podemos encontrar ante dos situaciones:

  • Agotamiento por el calor: en el cual se produce un aumento del sudor importante, calambres musculares, debilidad, mareo, náuseas, pulso rápido y débil asociado a dolor de cabeza.
  • Insolación: en el cual ya se produce un aumento de la temperatura, tenemos la piel roja o seca, falta la transpiración, y se produce un estado de confusión o inconsciencia.

Las personas mayores, un grupo especialmente vulnerable a las altas temperaturas

Las personas que más acumulan el riesgo de muerte o enfermedad son personas mayores, niños, personas con Alzheimer u otro trastorno de salud mental, pacientes inmovilizados, con trastornos respiratorios o del corazón, así como personas bajo episodios febriles o con sobrepeso.

Un dato revelador: las visitas de personas mayores a urgencias en época estival aumentan entre un 20-25%. Pero, ¿a qué se debe este incremento? ¿Por qué las personas de edad avanzada son tan susceptibles a las altas temperaturas?. El calor provoca primero una pérdida de líquidos, El trascurso de los años lleva a que el organismo regule peor este tipo de situaciones. Damos una peor respuesta al calor, lo que se traduce en una reducción del agua corporal total y menor sensación de sed.

A tenor de todo esto, dado que las personas mayores son los principales usuarios de sistema sanitario deberíamos ser capaces de reorientar y adaptar los servicios a sus necesidades.

Consejos para evitar llevarnos un susto

Infografía con recomendaciones para la ola de calor

  1. Nunca deje a nadie en un coche cerrado, aunque sea por poco espacio de tiempo, fundamentalmente personas mayores además de niños y animales. Ojo con los animales atados en casa sin accesos a lugares frescos, sin sombras o sin ventilación.
  2. Beba líquidos entre 2 o 3 litros al día sobretodo agua y zumos. Una bebida ideal puede ser el suero oral, el suero casero o las bebidas de carácter deportivo. No tome bebidas alcohólicas con cafeína o exceso de azúcar. Tampoco excesivamente fríos pues provocan dolor de estómago. Hay que beber sin sed y este es un consejo que hay que extender a todos los centros Gerontológicos que tienen personas en situación de inmovilización o con enfermedades neurodegenerativas. La sensación de sed disminuye en las personas mayores y más si han tenido problemas vasculares cerebrales (trombosis, infartos..). Beba sin sed.
  3. Si hay actividad intensa ésta se debe concentrar al principio o al final del día. En esta actividad hay que incluir las compras.
  4. Descansos frecuentes en cualquier actividad.
  5. Ropas claras, ligeras y holgadas. Evitar las fibras y utilizar básicamente el algodón (cuanto más tupido mejor). Es importante cubrirse la cabeza.
  6. La fotoprotección: de forma general en la cara protección 50+ y en el cuerpo entre 20-40. Utilizar gafas de sol homologadas durante los períodos de más riesgo: entre las 12 y las 5 de la tarde.
  7. Alimentación ligera y frecuente y rica en ensaladas, fruta y yogur. Realizar cinco pequeñas comidas al día que contengan frutas y verduras evitando por el contrario los fritos y embutidos porque son ricos en sal y además de provocar sed pueden aumentar la sudoración corporal y la pérdida de líquidos.
  8. El baño o la ducha refrescante debe hacerse de forma lenta y sin contrastes bruscos de temperatura sobre todo en períodos de digestión: un tiempo prudencial pueden ser dos horas.
  9. Comprobar de forma frecuente cómo están los niños y personas mayores sobre todo si éstos se encuentran solos o si son dependientes.
  10. Consultar al médico si hay riesgos entre los medicamentos y el calor que toma la persona mayor: diuréticos, hipotensores, antihipertensivos en general y medicamentos que se utilizan para la psicosis o sedantes. Todos estos fármacos pueden hacer que nuestro organismo se muestre un tanto perezoso en las respuestas frente a la hipertermia.
  11. Si aparecen síntomas de agotamiento: acercarse a un lugar fresco, en sombra, descanso y tomar líquidos.
  12. Durante el día cerrar ventanas y oscurecer la casa, abrir y airear la casa a la caída de la tarde y durante la noche.
  13. El ventilador puede ayudar a refrescarnos por la movilización de aire que produce.
  14. Si se repiten los calores, la opción será entrar en la cultura del aire acondicionado casero. De todos modos debemos estar alertas para utilizar recintos de carácter comunitario sobretodo cines, restaurantes, áreas comerciales, cajas de ahorro, bancos… que disponen de aire acondicionado.

Autor

Geriatra Matia Fundazioa

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